Aunque el 'coaching' esté de moda ahora, Sócrates ya lo ejercía siglos atrás, afirmaba que no existía el enseñar, sino sólo el aprender.
Ayudaba a aprender a los demás haciendole preguntas y dejando que hallasen las respuestas por sí mismos: "Los que tienen trato conmigo, aunque parecen algunos muy ignorantes al principio, en cuanto avanza nuestra relación todos hacen admirables progresos. Y es evidente que no aprenden nunca nada de mí, pues son ellos mismos los que descubren y engendran muchos bellos pensamientos"
Según el filósofo, su progenitora era una comadrona de cuerpos que ayudaba a dar a luz, pero que no daba a luz, mientras que él era una comadrona de almas, que ayudaba a encontrar respuestas, pero que no daba respuestas.El coachee no aprende del coach, sino de sí mismo estimulado por éste, que le ayuda a preguntarse y a responderse por sí solo.
Sócrates, como buen coach, no impone ni enseña tesis, sino que ayuda a sus coachees a que se conviertan en filósofos, a que se planteen y replanteen cuestiones; preguntas y respuestas que no buscan sino la mejor forma de vivir la vida, la más digna, la que contribuye más al fin del hombre, y eso no se consigue sino mediante la conquista de ciertas virtudes:
"En primer lugar tienes que ejercitar la virtud, y también quienquiera que esté dispuesto a gobernar y cuidar no sólo de sus asuntos, sino de la ciudad y sus intereses".
Su finalidad es la educación a través del diálogo: "Las conversaciones no tratan de temas banales, sino de la forma en que uno debe vivir", porque "el mayor bien para un hombre es tener diálogos acerca de la virtud". El debate lo que busca es ayudar a conocernos mejor así como nuestras posibilidades de desarrollo personal y profesional. En resumen, que el coachee se encuentre consigo mismo y sepa mejor quién es y quién puede llegar a ser y, luego, adquiera las habilidades necesarias para llegar a serlo.Todos necesitamos de alguien que nos oriente y haga ver las cosas con más claridad, llamémosle coach, maestro, o como queramos.
La necesidad de ser escuchados, de contrastar opiniones y de buscar consejo ajeno es tan antigua como el hombre, y así nos lo hace ver Sócrates: "Todos nosotros debemos buscar un maestro lo mejor posible, pues lo necesitamos".El punto de partida de este recorrido hacia la mejor forma de vivir es el "conócete a ti mismo" socrático, pues "el que no cree estar necesitado no desea tampoco lo que no cree necesitar".
Sólo cuando uno es consciente de que -sabe que no sabe- y que, por tanto, necesita mejorar- puede poner en marcha los medios necesarios para lograrlo.
Por eso, para Sócrates el primer y más importante objetivo del diálogo es convencer al coachee de que no lo sabe todo e ilusionarlo para adquirir nuevas habilidades, ya que "la ignorancia propia de los que no saben, pero creen que saben, es la causa de los males. Y cuanto más importantes sean los temas tanto más perjudicial y vergonzosa".En definitiva, alcanzar la perfección como persona es un reto permanente. Es dificil conseguirlo en solitario, se precisa de alguien -el coach- que nos ayude a conocernos mejor y a desarrollar aquellos hábitos que permiten su consecución. Si se logra -aunque sea parcialmente, pues el reto no es sencillo y dura toda la vida-, entonces se habrá alcanzado la plenitud como persona, con lo que ello supone en orden de la felicidad propia y de los demás.
Un abrazo
Paula Sánchez
Ayudaba a aprender a los demás haciendole preguntas y dejando que hallasen las respuestas por sí mismos: "Los que tienen trato conmigo, aunque parecen algunos muy ignorantes al principio, en cuanto avanza nuestra relación todos hacen admirables progresos. Y es evidente que no aprenden nunca nada de mí, pues son ellos mismos los que descubren y engendran muchos bellos pensamientos"
Según el filósofo, su progenitora era una comadrona de cuerpos que ayudaba a dar a luz, pero que no daba a luz, mientras que él era una comadrona de almas, que ayudaba a encontrar respuestas, pero que no daba respuestas.El coachee no aprende del coach, sino de sí mismo estimulado por éste, que le ayuda a preguntarse y a responderse por sí solo.
Sócrates, como buen coach, no impone ni enseña tesis, sino que ayuda a sus coachees a que se conviertan en filósofos, a que se planteen y replanteen cuestiones; preguntas y respuestas que no buscan sino la mejor forma de vivir la vida, la más digna, la que contribuye más al fin del hombre, y eso no se consigue sino mediante la conquista de ciertas virtudes:
"En primer lugar tienes que ejercitar la virtud, y también quienquiera que esté dispuesto a gobernar y cuidar no sólo de sus asuntos, sino de la ciudad y sus intereses".
Su finalidad es la educación a través del diálogo: "Las conversaciones no tratan de temas banales, sino de la forma en que uno debe vivir", porque "el mayor bien para un hombre es tener diálogos acerca de la virtud". El debate lo que busca es ayudar a conocernos mejor así como nuestras posibilidades de desarrollo personal y profesional. En resumen, que el coachee se encuentre consigo mismo y sepa mejor quién es y quién puede llegar a ser y, luego, adquiera las habilidades necesarias para llegar a serlo.Todos necesitamos de alguien que nos oriente y haga ver las cosas con más claridad, llamémosle coach, maestro, o como queramos.
La necesidad de ser escuchados, de contrastar opiniones y de buscar consejo ajeno es tan antigua como el hombre, y así nos lo hace ver Sócrates: "Todos nosotros debemos buscar un maestro lo mejor posible, pues lo necesitamos".El punto de partida de este recorrido hacia la mejor forma de vivir es el "conócete a ti mismo" socrático, pues "el que no cree estar necesitado no desea tampoco lo que no cree necesitar".
Sólo cuando uno es consciente de que -sabe que no sabe- y que, por tanto, necesita mejorar- puede poner en marcha los medios necesarios para lograrlo.
Por eso, para Sócrates el primer y más importante objetivo del diálogo es convencer al coachee de que no lo sabe todo e ilusionarlo para adquirir nuevas habilidades, ya que "la ignorancia propia de los que no saben, pero creen que saben, es la causa de los males. Y cuanto más importantes sean los temas tanto más perjudicial y vergonzosa".En definitiva, alcanzar la perfección como persona es un reto permanente. Es dificil conseguirlo en solitario, se precisa de alguien -el coach- que nos ayude a conocernos mejor y a desarrollar aquellos hábitos que permiten su consecución. Si se logra -aunque sea parcialmente, pues el reto no es sencillo y dura toda la vida-, entonces se habrá alcanzado la plenitud como persona, con lo que ello supone en orden de la felicidad propia y de los demás.
Un abrazo
Paula Sánchez
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Paula Sánchez
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