“A mi me parece un error pensar en la actividad creadora como algo fuera de lo común” J. Boronowski
Todos tenemos buenas ideas, todos los días. Todos los días estamos creando, descubriendo cosas. Diariamente nos enfrentamos a los desafíos de arreglar el auto, una puerta, cocinar, reducir costos, escribir propuestas, educar a nuestros hijos. La lista podría engrosarse hasta hacerse interminable. ¡No es cosa de unos pocos!
Me gusta pensar en esto porque lo considero clave para la creación de ideas: combinar cosas. Relacionarlas. Asociarlas. “Una proeza de asociación”.
Ser creativo significa ver la realidad de forma diferente, peculiar, de modo distinto a los demás.
Es en este nuevo contexto, en el que los cambios y especialmente la disrupción tecnológica crecen exponencialmente, es que aseguro que la creatividad y la innovación se convierten en bases fundamentales del cambio y de la competitividad de las empresas.
En un mundo donde todo tiende a imitarse rápidamente, las organizaciones creativas, generadoras de innovación en materia de procesos, productos y servicios, serán los que aporten más ventajas. Así, la suma de ventajas acumulativas es la nueva consigna en materia estratégica. ¡¡¡Un desafío!!!. (¡Creo he mencionado cuanto me gustan los desafíos!).
En la actual economía del conocimiento, la creatividad es más importante que nunca. Para ello es fundamental, -créanme IMPORTANTISIMO- (sí Sres., con mayúsculas) el fuerte deseo interno de hacer algo con pasión.
¿De qué hablo cuando me refiero a la creatividad en nuestro trabajo? Una idea para ser creativa también debe ser apropiada, útil y viable. Que colabore a la creación de valor económico, pero esencialmente que aporte a la generación de la cultura deseada. ¡NADA MENOS!
Inclinación al cliente
Orientación al cliente me remite a pensar que es muy importante conocerlo, saber de sus necesidades, tener la capacidad de centrarse en el otro en virtud de interpretarlas. Eso requiere de compromiso para poder apoyar el desarrollo de nuestros clientes, incluso cuando también debamos pagar los costos acercándole críticas.
Inclinación al cliente muchas veces es tomado como una táctica. Por ello sin sustento. No solamente replicable, sino que a través de este planteo no lograremos el compromiso necesario, deseado.
Inclinación al cliente no es tecnología, no es un procedimiento, no es un modelo a copiar. Es y debe ser, nuestra filosofía de trabajo.
Cuando me refiero a clientes pongo foco especialmente en valorar a los clientes internos. Los clientes están en todas partes, pero no solamente afuera.
Todos tenemos buenas ideas, todos los días. Todos los días estamos creando, descubriendo cosas. Diariamente nos enfrentamos a los desafíos de arreglar el auto, una puerta, cocinar, reducir costos, escribir propuestas, educar a nuestros hijos. La lista podría engrosarse hasta hacerse interminable. ¡No es cosa de unos pocos!
Me gusta pensar en esto porque lo considero clave para la creación de ideas: combinar cosas. Relacionarlas. Asociarlas. “Una proeza de asociación”.
Ser creativo significa ver la realidad de forma diferente, peculiar, de modo distinto a los demás.
Es en este nuevo contexto, en el que los cambios y especialmente la disrupción tecnológica crecen exponencialmente, es que aseguro que la creatividad y la innovación se convierten en bases fundamentales del cambio y de la competitividad de las empresas.
En un mundo donde todo tiende a imitarse rápidamente, las organizaciones creativas, generadoras de innovación en materia de procesos, productos y servicios, serán los que aporten más ventajas. Así, la suma de ventajas acumulativas es la nueva consigna en materia estratégica. ¡¡¡Un desafío!!!. (¡Creo he mencionado cuanto me gustan los desafíos!).
En la actual economía del conocimiento, la creatividad es más importante que nunca. Para ello es fundamental, -créanme IMPORTANTISIMO- (sí Sres., con mayúsculas) el fuerte deseo interno de hacer algo con pasión.
¿De qué hablo cuando me refiero a la creatividad en nuestro trabajo? Una idea para ser creativa también debe ser apropiada, útil y viable. Que colabore a la creación de valor económico, pero esencialmente que aporte a la generación de la cultura deseada. ¡NADA MENOS!
Inclinación al cliente
Orientación al cliente me remite a pensar que es muy importante conocerlo, saber de sus necesidades, tener la capacidad de centrarse en el otro en virtud de interpretarlas. Eso requiere de compromiso para poder apoyar el desarrollo de nuestros clientes, incluso cuando también debamos pagar los costos acercándole críticas.
Inclinación al cliente muchas veces es tomado como una táctica. Por ello sin sustento. No solamente replicable, sino que a través de este planteo no lograremos el compromiso necesario, deseado.
Inclinación al cliente no es tecnología, no es un procedimiento, no es un modelo a copiar. Es y debe ser, nuestra filosofía de trabajo.
Cuando me refiero a clientes pongo foco especialmente en valorar a los clientes internos. Los clientes están en todas partes, pero no solamente afuera.
“El verdadero acto del descubrimiento no consiste en encontrar nuevas tierras, sino en verlas con nuevos ojos” Marcel Proust
Un abrazo
Paula Sánchez
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Paula Sánchez
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